Cuando hablamos de la prueba de carga de un puente con cualquier persona que carezca de formación técnica en la materia, es común que esta piense que el objetivo de la prueba es el de comprobar que el puente ejecutado es capaz de resistir las cargas máximas para las que ha sido diseñado, cosa que no es del todo cierta.
La prueba de carga en puentes consiste en la reproducción de uno o varios estados de carga conocidos, con el objetivo de confirmar que la estructura se comporta según el modelo de cálculo utilizado en su diseño, confirmando que tanto el proyecto como la construcción se han ejecutado satisfactoriamente.
Es por ello por lo que durante las pruebas de carga en puentes no se busca, por lo general, alcanzar ninguno de los estados límites del proyecto, ni de servicio ni últimos. Como es lógico, si se pretendiese alcanzar el estado límite último de la estructura, se llegaría al colapso de esta, cosa que carece de sentido. Lo que se pretende es reproducir un estado de cargas conocido, que se ha representado en el modelo de cálculo del proyecto, con tal de comprobar que el comportamiento de la estructura realmente ejecutada se corresponde con el comportamiento del modelo.
La instrucción sobre las acciones a considerar en el proyecto de puentes de carretera actualmente vigente, IAP-11, se indica que todo puente proyectado deberá ser sometido a pruebas de carga antes de su prueba en servicio, según lo indicado en el preceptivo anejo que sobre la materia incluirá todo proyecto aprobado por la Dirección General de Carreteras.
El hecho de que la IAP-11 no defina el modo de realización de las pruebas de carga es indicativo de la complejidad de generar una prueba de carga tipo acertada para todo tipo de puentes. Es por ello necesario realizar un proyecto de prueba de carga para cada puente en cuestión, que será más o menos complicado en función de las características de la propia estructura.
Con el objetivo de facilitar y normalizar estas pruebas de carga, la Dirección General de Carreteras, Ministerio de Fomento, publica las Recomendaciones para la realización de pruebas de carga de recepción de puentes de carretera (1999), documento que sienta las bases para la realización de las pruebas de carga, tanto estáticas como dinámicas.
De todo ello extraemos que la ley vigente obliga a la realización de una prueba de carga previa a la entrada en servicio de los puentes de carretera, sin definir detalladamente la prueba en cuestión, este trabajo será competencia del redactor del proyecto de la prueba de carga.
Cuando se habla de pruebas de carga es bastante común escuchar comentarios del estilo de “esperemos que el puente resista” o “¡A ver si se te va a caer el puente!”. Pese a existir siempre la posibilidad de que se produzcan accidentes durante las pruebas de carga, sería muy raro que ocurriese el fallo de la estructura ya que el nivel de cargas aplicadas está lejos de los niveles máximos proyectados. Según las recomendaciones anteriormente citadas, se aconseja que las solicitaciones a que den lugar las cargas aplicadas durante la prueba estén en torno al 60% de los valores teóricos producidos por el tren de carga definido en la IAP-11.
Por ello, de no existir problemas graves en la ejecución de alguno de los elementos estructurales, lo peor que puede pasar durante una la realización de una prueba de carga es que el comportamiento del puente diste mucho del comportamiento teórico modelizado, con lo que se tendrían que averiguar las causas y corregir el problema.
Con todo ello concluimos que, las pruebas de carga en puentes de carretera consisten en la aplicación de cargas conocidas sobre determinados puntos de la estructura, con el objetivo de medir ciertas magnitudes (generalmente desplazamientos) y poder compararlas con los datos teóricos obtenidos del modelo de cálculo del proyecto.